Hacía tiempo que tenía pendiente escribir sobre el feedback en una start-up. El feedback sí, bueno, hablando en cristiano, cuando te dicen las cosas que haces bien y las que no tanto. Un ejercicio de sinceridad que es muy necesario si se quiere mejorar en cualquier entorno, ya sea el trabajo o alguna otra faceta de la vida. Necesario pero incómodo. No siempre resulta fácil que tu jefe o que uno de tus compañeros resalte esas cosas que haces mal ya sea en privado en incluso en público.
Es por eso que alrededor del feedback hay mucho... ¿cómo decirlo?, ¿artificio?, ¿tontería?. Una de mis favoritas es esa que dice que para dar una mala noticia primero tienes que dar dos buenas, luego la mala y acabar con otra buena. La técnica del ++-+ (sí, existe, no me lo estoy inventando a mi me la contaron en Vodafone aunque no he encontrado rastro de ella en internet) ó "cómo dar feedback negativo y que nadie salga herido", imagino que las más de las veces la persona que recibe el feedback entre tanta cháchara no se entera del problema, sí de las alabanzas que lo envuelven y sale de la sesión sin entender nada. Da hasta para un chiste malo:
"Era un programador tan malo, tan malo, tan malo que en lugar de programar en C, programaba en C++-+".
En fin, antes de que se me aplique directamente el lanzamiento de pomodoro, por el chiste, seguiré con lo del feedback. Al final todo se reduce a acudir a una reunión de esas con actitud constructiva tanto por un lado como por el otro, ser respetuoso y sincero.
El pasado Enero en Frogtek hicimos la primera sesión de feedback pública todos con todos. Consistió en lo siguiente, hacer una ronda en la que primero uno contaba de sí mismo cual era su rol en la empresa, que cosas se le daban bien y qué cosas se le daban mal. A continuación el resto del grupo hacía lo propio con la persona que había iniciado la ronda, es decir contarle cual pensábamos que era su rol, y cuales sus puntos fuertes y sus áreas de mejora. Al acabar la primera ronda una persona había recibido feedback de todo el resto de compañeros sobre su trabajo. Obviamente es importante que el feedback se traiga preparado de casa, ya que de lo contrario en seguida se cae en el "yo lo mismo que fulanito". De hecho en Frogtek lo trajimos escrito en fichas de forma que al final de cada ronda la persona "objeto de análisis" se hacía con 7+1 (la propia) fichas con un buen surtido de ideas interesantes. Una vez recibido el feedback los "expertos" recomiendan tener a mano a SARAH y no, Sarah no es una encantadora señorita que nos consuele, si no las fases por las que vamos a pasar inevitablemente. A saber:
- Fase 1: Shock "¿¡pero este tío qué dice!?"
- Fase 2: Anger "¿¡pero este tío qué dice!?"
- Fase 3: Resistance "¿¡pero este tío qué dice!?"
- Fase 4: Acceptance "mmmm"
- Fase 5: Help "oye tío, ¿me explicas cómo hacer eso tan bien?"
Después de un buen rato (hay que tomarse su tiempo, este ejercicio se lleva toda una mañana) y de las ocho rondas de rigor. Habíamos intercambiado 64 opiniones todos con todos en un ejercicio que, realizado con buen rollo, honestidad e interés (y con Sarah), resulta muy enriquecedor.
Además, para hacerlo todavía más interesante nosotros le pedimos a todo el mundo que se auto-clasificara y clasificara a sus compañeros de más identificado a menos identificado en las siguientes categorías (basado en el método de los 6 sombreros):
- Orientación cooperadora (verde)
- Orientación organizadora (azul)
- Orientación emprendedora (rojo)
- Orientación sociable (amarillo)
De forma que al final del día todos descubrimos cómo nos veíamos a nosotros mismos y cómo nos veía el resto del equipo. Afortunadamente en Huesca tenemos un equipo multicolor en el que no falta de nada.