Desde mi último cambio de trabajo le he estado dando vueltas a un tema que me parece interesante.
Por un lado en el traspaso de conocimiento que hice antes de irme de Zentyal, la persona que se incorporaba llegó con energía, cuestionándose las cosas y mejorando en general todos los sistemas que yo le estaba traspasando. Había cosas que él proponía que me costaba aceptar. Seguramente porque no quería reconocer que me había acomodado, ya no buscaba las mejoras con el mismo ímpetu y ganas; y había dejado que ciertas áreas se estancaran bastante.
Al entrar de nuevo en Frogtek sí que fui yo el que se puso a buscar dónde aplicar todo lo aprendido desde mi última vez por aquí, planteando mejoras y buscando sitios donde aplicar mis conocimientos para el provecho del equipo. Ahora voy con mucha energía y ganas, pero me da miedo que dentro de un tiempo vuelva a acomodarme otra vez y me cueste buscar mejoras y realizarlas.
Creo que el problema tiene mucho que ver con la teoría de las ventanas rotas. Al principio, al llegar, quiero mejorarlo todo porque creo que el edificio esta nuevecito, para mí obviamente lo está. Pero conforme pasa el tiempo y voy conociendo más los entresijos de la empresa, el equipo, el código... se me van rompiendo las ventanas y me va dando más pereza intentar arreglarlas. Porque me parece el estado normal, total una ventana más o menos qué más da, ¿no? ¿ Qué importa un archivo sin usar en el repositorio, una librería desactualizada, un proceso mejorable o unos tests de más o menos?
¡¡Mucho!! Por eso creo que es muy importante La regla del boy Scout, pero no sólo aplicada al código, sino a todo. Cada vez que toquemos un archivo del repo, cambiemos una configuración de Jenkins o simplemente asistamos a una reunión del proceso. Hay que estar atentos para buscar esos pequeños cambios o mejoras que nos van a permitir poco a poco llevar nuestro trabajo, y el del todo el equipo, a otro nivel.
Hay que tener paciencia y no desesperar, no sólo los grandes refactors pueden ayudarte a saber vivir con tu deuda técnica, pequeño paso a pequeño paso se puede llegar muy lejos. A ver si soy capaz de tener paciencia y aplicarme esta última frase.